¿Qué es una hernia?

Hernia es la protrusión hacia fuera (bulto) de una víscera abdominal (generalmente, intestino delgado o “tripa”) a través de un defecto natural (ingle, ombligo o línea media del abdomen por encima del ombligo) o adquirido (cicatriz de una cirugía abdominal anterior, como la de una cesárea).

Si observas bien la figura de arriba podrás apreciar los componentes anatómicos de una hernia: el orificio herniario y el saco herniario.  El orificio herniario es el defecto en la capa aponeurótica más interna del abdomen.  El saco herniario es una proyección hacia fuera del peritoneo (capa de tejido que envuelve a las vísceras) a través del orificio herniario; el sitio donde ambos se encuentran se denomina el cuello del saco herniario.  Esquemáticamente:

¿Por qué se desarrollan las hernias?

Las hernias pueden ocurrir por varias razones; las principales son:

  • Defecto congénito. En la ingle, el niño puede nacer con un conducto permeable que debió de cerrarse antes del nacimiento.  En consecuencia, el trayecto de ese conducto, que llega hasta el escroto en los varones o hasta los labios mayores en la vulva, se llena de líquido o por una víscera, observándose un abultamiento en la ingle y/o el escroto o la vulva.
  • Disminución de la fuerza de los tejidos   Debilidad que se observa en ciertos sitios con defectos naturales, particularmente la región inguinal.  Se hace más evidente a partir de los 40 años de edad.
  • Presión intra-abdominal aumentada  Ocurre en aquellas personas que suelen levantar objetos muy pesados o con padecimientos que les obliga a mantener una presión intra-abdominal aumentada por tiempo prolongado o indefinido, como es el caso del esfuerzo para orinar en los que sufren de la próstata o la tos persistente del fumador.
  • Cicatrices por cirugías o procedimientos previos (hernia incisional) La creación de una herida es potencialmente una zona de debilidad.  Así, ocurren hernias después de cirugías (cesáreas, apendicectomías,…) o por colocación de tubos (sondas abdominales,…).

Sitios más comunes de hernias de la pared abdominal

¿Cómo se puede identificar una hernia?

En cualquiera de los sitios donde existe un defecto natural o una cicatriz por una cirugía anterior, se observa o se palpa un bulto que es de tamaño variable, es decir, unas veces más grande y otras veces más pequeño, que se hace más notorio cuando se hace una fuerza o al toser o que disminuye de tamaño cuando se le presiona dando la sensación de una vejiga llena de aire que se vacía.

Si ese bulto de tamaño variable corresponde a una hernia, se le llama hernia reducible.  Si por el contrario, duele y no permite que se entre, le llamamos hernia encarcelada.  El peligro de una hernia encarcelada, que contiene víscera abdominal (generalmente un segmento de intestino delgado o “tripa”), es  que se estrangule, o sea, que la tripa atrapada se muera porque no le llegue sangre.

El médico, orientado por la información que le suministra el paciente o el familiar cuando es un niño pequeño, suele hacer el diagnóstico de hernia con el examen físico.  En situaciones muy particulares, como lo son ciertos súper obesos, se requiere de estudios especiales (ultrasonografía, tomografía computarizada,…)  para detectarlas.

¿Cuál es el tratamiento de una hernia?

El tratamiento de la hernia es quirúrgico.  Las hernias no desaparecen espontáneamente o con soportes externos como fajas o suspensorios.  Por tanto, salvo muy pocas excepciones (por ejemplo, una persona con enfermedad maligna terminal),  debe procederse con la cirugía para prevenir complicaciones tales como encarcelamiento o estrangulación.

No hay límites de edad para la cirugía: desde niños prematuros hasta ancianos nonagenarios.   La cirugía se programa en una fecha conveniente dentro de unas cuantas semanas, período durante el cual  el paciente debe ser evaluado  para determinar su riesgo quirúrgico: identificación de otras enfermedades  coexistentes y control y optimización de las ya conocidas o las recién diagnosticadas (por ejemplo, hipertensión arterial o diabetes mellitus).

¿Cuál tipo de anestesia se administra?

Dependerá del sitio de la hernia, el anestesiólogo y las facilidades hospitalarias.  En general, cuando es posible, se prefiere la anestesia raquídea (en la espalda) o local (en la misma herida) a la general (con gases anestésicos y medicamentos intravenosos que duermen completamente al paciente), aunque esta última es la de elección para hernias incisionales grandes.

¿Cómo es la cirugía que se practica para corregir las hernias?

Las hernias pueden operarse por vía abierta (mediante una herida) o por laparoscopía (a través de un lente e instrumentos introducidos por pequeños orificios).  Aunque la vía laparoscópica es ampliamente publicitada como una cirugía menos agresiva (en consecuencia, menos dolor) y de recuperación más rápida, en el caso de las hernias estos argumentos son controversiales, pues resulta más costosa y las ventajas propuestas no son reales cuando se compara con la cirugía abierta que utiliza mallas.

El defecto de una hernia, que es por donde protruyen las vísceras envueltas por una membrana que se denomina saco herniario, es lo que se corrige en las cirugías.  Para ello, el defecto es cerrado al unir los tejidos vecinos  con hilos (suturas) o es cubierto  con un material sintético (malla).  Actualmente se prefieren las mallas porque son bien toleradas (casi nunca son rechazadas por el cuerpo humano), no producen tensión entre los tejidos y son relativamente fáciles de colocar.

En general, las hernias inguinales se tratan con cirugía abierta con colocación de malla, reservándose como opción la laparoscopía para aquellas que son bilaterales (ambas regiones inguinales simultáneamente) o algunas recurrentes (vuelven a salir después de cirugía anterior).  Las hernias umbilicales y epigástricas se reparan con tejidos propios unidos con suturas solo si son pequeñas (no más de 2 a 3 centímetros), pero si son de mayor diámetro se utiliza malla.  Las hernias incisionales (por la cicatriz de una cirugía previa) generalmente requieren de colocación de malla, suelen ser abordadas a través de la cicatriz anterior –algunas requiriendo reparaciones complejas como separación de distintas capas de músculos y reforzamiento con malla; la vía laparoscópica ha ido ganando popularidad.

¿Pueden volver a salir las hernias?

Lamentablemente así es.  Sin embargo, las posibilidades se reducen a menos de un 5% cuando el cirujano tiene una experiencia adecuada y evita la tensión durante la reparación.