¿Qué es la glándula tiroides y dónde se encuentra?
La glándula tiroides es una estructura en forma de almohadilla localizada en la parte delantera del cuello, por detrás de la piel y los músculos y por delante de la laringe y la tráquea. Pesa unos 20 gramos. Consta de dos lóbulos (derecho e izquierdo) unidos por un istmo.
¿Cuál es la función de la glándula tiroides?
La tiroides se asemeja mucho a lo que es la batería para el sistema eléctrico de un carro: fabrica unas sustancias que las envía por la sangre (por eso se llaman hormonas), que son la tiroxina o T4 y la triyodotironina o T3, para regular las actividades metabólicas (conjunto de actividades físicas y químicas, consumidoras de energía, que se verifican dentro de una célula para que ésta pueda vivir) en las diferentes células del cuerpo, incluyendo consumo de oxígeno, maduración y crecimiento. En otras palabras, el nivel de actividad de la mayoría de las células es regulado por la tiroides; si la función de la tiroides baja, la persona se vuelve lenta o apagada, pero si la función de la tiroides sube, la persona se torna “acelerada”.
La tiroides fabrica sus hormonas a partir de la captación del yodo proveniente de la dieta. La concentración en sangre de las hormonas tiroideas está controlada por la hormona tiroestimulante o tirotropina (TSH), secretada por la glándula hipófisis, que, a su vez, está regulada por la hormona liberadora de tiroides (TRH) del hipotálamo: el aumento de las hormonas tiroideas (T4 y T3) inhiben la liberación de tirotropina, mientras que una disminución la estimula:
¿Cómo puedo darme cuenta de que mi tiroides no anda bien?
Esencialmente de dos maneras: porque toda la glándula puede crecer o aparecer un bulto en ella o por las repercusiones en el organismo de una función aumentada o disminuida de la tiroides.
Mírate al espejo. Levanta el cuello y traga. ¿Ves que algo asciende? Es la laringe y la tráquea. Si observas un bulto o una pequeña almohadilla que también sube, ésa es la tiroides e indica que tienes un nódulo (bulto redondeado o bolita) o un bocio (crecimiento de toda la glándula). Ante esos hallazgos acude inmediatamente al médico.
Por otro lado, tu glándula puede estar funcionando aceleradamente (hipertiroidismo) si tienes sudoración excesiva, ansiedad, evacuaciones flojas, intolerancia al calor, irritabilidad, cansancio, debilidad o trastornos en la menstruación, o lentamente (hipotiroidismo) si lo que sientes es debilidad, fatiga, intolerancia al frío, estreñimiento, aumento de peso, depresión, sangrados menstruales abundantes o ronquera.
También se puede observar una hinchazón en la parte delantera del cuello, con la sensación o no de dificultad para tragar o ronquera, dolorosa si el crecimiento es reciente o indolora si lleva semanas o meses. Esto sugiere que la glándula tiroides se ha inflamado (tiroiditis).
¿Mi tiroides puede andar mal sin yo sentir alguna molestia?
Claro que sí. La visita regular al médico es útil para detectar cualquier alteración en la glándula tiroides. Con frecuencia el médico solicita análisis para determinar la función de la tiroides (pruebas de función tiroidea), simplemente por sospecha de que algo puede estar andando mal.
Las pruebas más utilizadas son la determinación en sangre de las hormonas tiroideas (tiroxina o T4 y la triyodotironina o T3) y la hormona tiroestimulante (TSH). Con estas pruebas, el médico podrá determinar si la función de tu tiroides está normal, aumentada o disminuida.
¿Mi glándula puede estar crecida o presentar un bulto sin que se note en el espejo?
Así es. Incluso, el médico te la puede palpar con cuidado y no detectar crecimiento (bocio) o bultos (nódulos) aun cuando estén presentes. Por eso, el médico te indica estudios que visualicen la glándula.
La ultrasonografía obtiene una imagen mediante ondas de sonido. Se coloca una sonda (transductor) sobre tu cuello y se visualiza la glándula con muchos detalles: tamaño (con precisión de milímetros), presencia o ausencia de uno o más nódulos, si éstos contienen líquido (quistes) o tejido (sólido) o si hay calcificaciones (pudiera ser indicadora de cáncer cuando se asocia a un nódulo sólido). Sin embargo, por sí sola no determina si la anomalía es benigna o maligna, pero sirve como guía para dirigir biopsias (ver adelante).
La gammagrafía de la tiroides provee una imagen funcional. Es decir, se inyecta por la vena un material (Yodo o tecnecio) que emiten radiaciones que son detectadas por una máquina y que normalmente lo capta la tiroides. El grado de captación permite determinar el nivel de función de la glándula. Cuando la glándula contiene nódulos, los distingue porque el material es captado (nódulo caliente) o no es captado (nódulo frío). Si la persona tiene cáncer de la tiroides, esta prueba es útil para rastrear si la enfermedad se ha extendido a otros órganos (metástasis).
¿Tiene importancia un bulto o nódulo en la tiroides?
Por supuesto. Un nódulo en la tiroides puede corresponder a un cáncer en la tiroides. Nunca debe pasar por desapercibido. La prueba inicial que determina la naturaleza benigna o maligna de un nódulo es la biopsia por aspiración con aguja fina, que consiste en la introducción de una aguja muy delgada dentro del nódulo para aspirar células que son estudiadas al microscopio por un médico patólogo. Si el nódulo no es palpable, esta prueba puede ser dirigida por ultrasonografía.
¿Cómo se tratan las enfermedades de la tiroides?
Luego de llegar a un diagnóstico (ver arriba), el médico determinará si se requieren medicamentos, generalmente sustitutos de hormona tiroidea (por ejemplo, en casos de bocio, nódulos grandes funcionantes, hipotiroidismo) o medicamentos anti-hormonas tiroideas (en casos de hipertiroidismo), o, con frecuencia, como forma de tratamiento principal, la cirugía. Por lo general, se requiere de una combinación de tratamientos (médicos y quirúrgicos) y de la participación coordinada de dos o más especialistas (endocrinólogo, cirujano,…).
¿En qué consiste la cirugía de tiroides?
Es la extirpación parcial o total de la glándula tiroides a través de una herida “en collar”:
Lo menos que se extirpa es todo un lóbulo más el istmo (puente de tiroides que une los dos lóbulos): lobectomía total + istmectomía. Esta cirugía suele practicarse cuando es un nódulo benigno. Cuando se extirpa toda la glándula se denomina tiroidectomía total, generalmente porque la enfermedad afecta toda la tiroides (por ejemplo, nódulos múltiples bilaterales o un bocio grande) o por cáncer.
¿Es importante la selección de un cirujano?
La ejecución de una cirugía de tiroides demanda un cirujano con experiencia, debidamente entrenado, con conocimientos precisos de la anatomía de la tiroides y de otras estructuras vecinas., como lo son:
El nervio laríngeo recurrente, que estimula el movimiento de las cuerdas vocales y cuya lesión pudiera causar ronquera (disfonía) si es de un lado o asfixia si ocurriera a ambos lados; el nervio laríngeo superior, rama externa, que pone en tensión a las cuerdas vocales facilitando la emisión vocal de notas altas y cuya lesión debilitaría la voz, un problema serio para ciertas profesiones como el canto o la locución; y las glándulas paratiroides, pequeñas estructuras que si son dañadas o extirpadas accidentalmente causarían descenso de los niveles de calcio (hipocalcemia) y se manifestaría con calambres, adormecimientos e, incluso, convulsiones.
La cirugía de tiroides asemeja el trato con delicadeza que debe dársele a artículos finos de porcelana. La presencia o no de complicaciones son evidentes desde las primeras horas después de la cirugía. Si a las 24 o 48 horas de la cirugía no hay hinchazón en el sitio de la cirugía (por acumulación de sangre: hematoma), el timbre y la intensidad de tu voz se conserva (por lesión de nervios) y los niveles de calcio en sangre son normales (por daño a las paratiroides), es muy poco probable que tengas una complicación mayor.
¿Qué esperar del tratamiento de diferentes enfermedades de la tiroides incluyendo cáncer?
Cuando se actúa con prontitud, se llega a un diagnóstico adecuado y se desarrolla una estrategia correcta de tratamiento, el pronóstico es excelente incluso para la gran mayoría de los cánceres de tiroides. Después de la extirpación total de la glándula es necesario tomar de por vida un sustituto de la hormona tiroidea (levotiroxina), fácil de conseguir y bajo costo.