No importa si actualmente disfrutas del peso recomendado para ti (de acuerdo a tu edad, sexo y altura), o si tienes sobrepeso o estás en riesgo de volverte obeso, puedes seguir una serie de pasos que evitarían que te conviertas en un obeso y con ello los problemas de salud asociados.

En general, las medidas son las mismas que se recomiendan para perder peso, y se resumen en practicar ejercicios diariamente, ingerir alimentos saludables, ser perseverante con tus propósitos y metas y mantenerte atento ante cualquier evento o situación que pueda interferir con ellos.

  • Ejercicios rutinarios Basta con practicar diariamente ejercicios de intensidad moderada, como caminar a pasos rápidos o nadar, durante 30 a 60 minutos.  El ejercicio aleja las libras y combate la ansiedad. 
  • Comidas y meriendas saludables Prefiere los alimentos nutritivos y bajos en caloría, como las frutas, vegetales y granos enteros.  Evita las grasas saturadas y limita los dulces y el alcohol.  Aprende a seleccionar y a combinar adecuadamente los alimentos, pues no existe el alimento único que ofrezca todos los nutrientes que tu cuerpo necesita.  Con una buena disciplina puedes disfrutar de vez en cuando de alimentos ricos en grasa y calorías.  Es importante que conozcas los diferentes tipos de alimentos, su valor nutritivo (expresado en componentes –carbohidratos, grasa  y proteínas- y en calorías), lo que representa en tus necesidades diarias (cada persona, de acuerdo a su edad y altura, tiene determinados requerimientos de calorías y nutrientes) y que leas las etiquetas con información nutricional que acompaña la envoltura de los alimentos procesados que se adquieren en los supermercados.  Planifica tus menús diarios llenando una hoja basada en tus necesidades calóricas y nutricionales. 
  • Identifica las señales que te hacen comer Generalmente, los malos hábitos se encuentran en ciertas situaciones que provocan una ingestión desordenada de alimentos no saludables.   Si no los identificas, sería útil que llevaras un diario donde anotaras todo lo que vas ingiriendo.  Al cabo de unos cantos días, te darás cuenta de cuáles son las situaciones perjudiciales para ti y te permitirá desarrollar una estrategia que las controle.  Por ejemplo, estos malos hábitos pueden ser comer frente al televisor o ingerir bebidas gaseosas o con alcohol durante reuniones de trabajo.  Es importante que definas cualquier mal hábito alimenticio y lo corrijas. 
  • Pésate con regularidad Es recomendable que te peses y lo anotes por lo menos cada semana.  Podrás monitorizar tus esfuerzos para bajar de peso o mantenerlo dentro de límites recomendables.  Si detectas tempranamente algún cambio no deseado en el peso será más fácil corregirlo. 
  • Persevera No te dejes seducir por los momentos que rompen tu rutina diaria, como eventos sociales, fines de semana o vacaciones.  Apegándote lo más posible a los buenos hábitos alimenticios durante estos momentos especiales contribuyen a que los resultados deseados se mantengan a largo plazo.  Por ejemplo, limita las bebidas de soda y con alcohol durante una recepción sustituyéndolas con un vaso de agua con hielo. 


Si realmente deseas mantener tu peso dentro de límites saludables tienes que concentrarte en cambios en tu estilo de vida y en una selección adecuada de los alimentos.  Con perseverancia, estas modificaciones se logran sin traumas y se convierten en un diario vivir agradable.